Diabetes tipo 2

¿Qué es la diabetes tipo 2? 

La diabetes es una enfermedad que se presenta cuando la glucosa en la sangre (nivel de azúcar en la sangre) es demasiado alta. La glucosa en la sangre proviene de los alimentos que consume y es la principal fuente de energía de su cuerpo. La insulina, una hormona producida por el páncreas, ayuda a que la glucosa ingrese a las células para que pueda usarse como fuente de energía. En la diabetes tipo 2, el cuerpo no produce suficiente insulina o no la usa de manera eficiente. Esto hace que demasiada glucosa permanezca en la sangre, por lo que las células no reciben lo suficiente.

Más de 30 millones de personas en los Estados Unidos tienen diabetes (aproximadamente 1 de cada 10), y el 90 a 95 por ciento de ellos tienen diabetes tipo 2. En la mayoría de los casos, las personas que desarrollan diabetes tipo 2 son mayores de 45 años, pero los niños, adolescentes y jóvenes adultos la padecen con cada vez mayor frecuencia. Sin embargo, hay buenas noticias: se puede prevenir o retrasar el desarrollo de la diabetes tipo 2 con algunos cambios en el estilo de vida.

¿Corre riesgo?

La diabetes tipo 2 anteriormente se denominaba diabetes del adulto, pero ahora sabemos que puede presentarse a cualquier edad, incluso en la infancia. Sin embargo, la diabetes tipo 2 ocurre con mayor frecuencia en personas de mediana edad o mayores. Es más probable que la desarrollen quienes son mayores de 45 años, tienen antecedentes familiares de diabetes o tienen sobrepeso. La diabetes es más común en personas de ascendencia negra, hispana, india americana, asiática americana, nativa de Alaska o de las islas del Pacífico.

¿Cuáles son los síntomas?

Algunas personas nunca presentan síntomas evidentes. Otras personas desarrollan diabetes tipo 2 de forma tan gradual que pueden no notar los síntomas de inmediato. Los síntomas más comunes son:

  • Orinar frecuentemente
  • Sed excesiva
  • Hambre excesiva
  • Visión borrosa
  • Entumecimiento u hormigueo en las manos o los pies.
  • Fatiga
  • Resequedad de la piel
  • Llagas que sanan lentamente
  • Infecciones frecuentes de la piel, el tracto urinario o la vagina

¿Qué causa la diabetes tipo 2?

La diabetes tipo 2, la forma más común de la diabetes, tiene distintas causas, incluidos los factores de estilo de vida y la genética.

Tener sobrepeso y llevar una vida inactiva

Es más probable que usted desarrolle diabetes tipo 2 si no lleva una vida físicamente activa y tiene sobrepeso u obesidad. El peso adicional a veces causa resistencia a la insulina y es común en personas con diabetes tipo 2. La ubicación de la grasa corporal también hace una diferencia. La grasa abdominal adicional se asocia con la resistencia a la insulina, la diabetes tipo 2 y la enfermedad del corazón y los vasos sanguíneos.

La resistencia a la insulina

La diabetes tipo 2 generalmente comienza con la resistencia a la insulina, una afección en la cual las células musculares, hepáticas y grasas no usan bien la insulina. En consecuencia, el cuerpo necesita más insulina para que la glucosa ingrese a las células. Al principio, el páncreas produce más insulina, pero con el tiempo el páncreas no puede producir lo suficiente y los niveles de glucosa en la sangre aumentan.

Sus antecedents familiares

Según los Institutos Nacionales de Salud, la diabetes tipo 2 no tiene un patrón claro de herencia, aunque muchas personas afectadas tienen al menos un familiar cercano con la enfermedad. El riesgo de desarrollar la diabetes tipo 2 aumenta con el número de miembros de la familia afectados. El aumento del riesgo probablemente se deba, en parte, a factores genéticos compartidos, pero también está relacionado con factores del estilo de vida (como los hábitos de alimentación y ejercicio) que comparten los miembros de una familia.

Los antecedentes familiares también pueden aumentar el riesgo de diabetes tipo 2 al aumentar la tendencia de una persona a tener sobrepeso u obesidad.

¿Cómo se trata la diabetes tipo 2?

Es posible que pueda controlar la diabetes tipo 2 mediante una alimentación saludable y actividad física, o su médico puede recetarle insulina u otros medicamentos inyectables u orales para ayudar a controlar el nivel de azúcar en la sangre y así evitar complicaciones. También es importante mantener su presión arterial y colesterol dentro del rango prescrito por su médico y someterse a las pruebas de detección necesarias (una prueba de función renal, los chequeos dentales y un examen de la vista por la diabetes).